Tiago (2 años y 4 meses)  ha empezado a tener miedos nocturnos. Un lobo que se lo comía le ha visitado varias veces en sueños. Vamos a cazar un oso, es uno de sus libros favoritos ahora. Lo mira solo y pasa las páginas de dos en dos. Se salta la que aparece el oso: esta no– dice y va directamente a la doble página con la familia en la cama:

Tiago: ‘esta sí’
Estrella: ‘esta página te gusta’
Tiago: uno, dos… (hace como si le hablara al móvil)
Estrella: ‘Esta grabando, pero qué te gusta de esta hoja a ti’
Tiago: ‘los lobos’
Estrella: ‘¿los lobos de esta hoja?’
Tiago: ‘Sí’
Estrella: ‘pero en esta hoja había algo que te gustaba me dijiste un día. ¿Te acuerdas? ¿qué te gustaba de esta hoja?’
Tiago: ‘El oso’
Estrella: ‘¿quién tiene el oso?’
Tiago: ‘El bebé’
Estrella: ‘pero, ¿lo había cazado?’
Tiago: sí, uno pequeñito
Estrella: ¿te gusta este libro a ti, Tiago?
Tiago: Sí, y a dormir